Hay que tener dos actividades, una que odies y otra que ames, tal vez no tan extremo pero si tener algo que nivele tu día, tus proyectos, tus metas.
En mi caso el arte me apasiona, pero al convertirlo en un negocio perdí todo el interés, me sentí obligado a dibujar y producir algo todos los días, al final no hacia nada o no me gustaba el resultado.
Esto fue por querer dedicarme al 100% al arte. Dejando a un lado mi negocio de marketing digital.
Como antecedente, ese negocio de MKT me hizo mucho daño, por ejemplo: generar un apego al dinero, estar en competencia conmigo mismo para sobresalir y alimentar mi ego de una forma muy material. Sin embargo me volví muy bueno en ello y ha sido mi fuente de ingresos mas rápida aunque me haga infeliz.
Así que decidí regresar a ello para poder extrañar el arte, ahora este negocio me mantiene y también sustenta mis proyectos artísticos con cosas básicas como poder pagar mi sitio web o comprar algunos materiales, entre ellos mi nueva PC con mucha capacidad para trabajar y dibujar, cada uno en el tiempo que le corresponde.